lunes, 27 de enero de 2014

Primeras máquinas e ideas acerca de volar.

El «Ornitóptero Volante» proyectado por Thomas Walker en 1810. Según el inventor, la máquina debía volar con la seguridad de un pájaro.

Del mismo modo que no habían tenido precursores, las geniales intuiciones de Leonardo no tuvieron seguidores. Su voz permanece solitaria en la historia de la ciencia aeronáutica y durante largos siglos fue considerada poco menos que el delirio de un exaltado.
El inglés George Cayley se ocupó de problemas aeronáuticos desde el año 1796.
En efecto, debernos remontarnos hasta el siglo XIX para encontrar a alguien que, siguiendo las huellas del gran Leonardo, se dedique con pasión al estudio del vuelo de los pájaros, deduciendo la conclusión de que «se puede volar». Antes que los primeros globos se remontasen en el aire, atravesaran el canal de la Mancha y alcanzaran alturas vertiginosas, los científicos y los técnicos negaban cualquier posibilidad teórica y práctica de volar con un medio más pesado que el aire. Los estudios sobre las propiedades de los fluidos habían llegado, como hemos visto, a un punto muerto, y si bien los físicos y los matemáticos, a fines del siglo XIX, admitían que la rotación de un cilindro o de una esfera en una corriente de aire provoca una fuerza en dirección transversal a la del movimiento (Magnus y Rayleig), el fenómeno no se asoció en absoluto al ala, que no tenía movimiento rotatorio.
El imaginario vuelo del "Ariel», de Henson. Grabado de Walton de 1843.
Por esto, cuando en 1884 un experto constructor de automóviles, el inglés Lanchester, asoció por primera vez un perfil alar con la circulación, su valiosísimo estudio fue desdeñosamente rechazado por la Real Sociedad de Física de Londres «porque el fenómeno carecía de base científica».
Otro inglés, George Cayley, algunos decenios antes, había profundizado los estudios de Leonardo sobre el vuelo de los pájaros, de los cuales había desarrollado un proyecto de aeroplano que, teniendo en cuenta los límites constructivos de la época, presentaba soluciones que anticipaban los aviones de cien años después. Adelantándose a la invención del motor de explosión, escribía en torno a 1810: «La ligereza es tan importante en tal caso (eso es, para un avión), que no es inoportuno notar que se podría, quizá con mucha ventaja, hacer uso de la imprevista expansión del aire provocada por la combustión de ciertos polvos, o de ciertos fluidos elásticos, susceptibles de inflamación repentina.»
En una colina levantada a propósito en las cercanías de Berlín, Lilienthal realizó desde 1890 hasta 1896 numerosos y espectaculares vuelos.

Estos estudios fueron continuados unos cuarenta años después por dos ingenieros ingleses, Henson y Stringfellow, que construyeron un modelo de avión que tenía que ser lanzado mediante una catapulta y sostenerse en vuelo por medio de un motorcito de vapor. Pero la imperfección de los materiales y los defectos de construcción le impidieron volar: el minúsculo avión cayó nada más despegar, deshaciéndose. En cambio, más afortunado fue el francés Alphonse Pénaud, que en 1871 consiguió hacer volar un modelo provisto de hélice accionada por medio de una goma elástica retorcida. Ésta fue la primera tentativa con éxito de hacer volar un instrumento más pesado que el aire. Naturalmente, el experimento de Pénaud daba «un latigazo en pleno rostro a los físicos y a los científicos» (como hacía notar un cronista), que obstinadamente seguían negando las bases teóricas de lo que la experiencia práctica iba afirmando de modo decisivo.
La confirmación definitiva de la posibilidad del vuelo mediante una máquina se tuvo algunos años más tarde, esto es, cuando el americano Samuel Pierpont Langley, en 1896, experimentó en el río Potomac un modelo suyo de «aeródromo» provisto de motor de vapor y con una abertura alar de 14 pies.
Lanzado desde la cubierta de una barcaza, el «aeródromo» voló unos 3.000 pies, posándose luego en el agua.
Estaba ya próxima la era del vuelo mecánico y Langley obtuvo del gobierno de los Estados Unidos una subvención para construir un aeroplano tripulado por un piloto. El experimento falló por incapacidad del piloto, pero el aparato, recuperado en 1915 y provisto de flotadores, sirvió luego perfectamente para los experimentos de Glenn H. Curtiss.
Los estudios y las experiencias de Langley fueron preciosísimos a los hermanos Wright, como veremos seguidamente. Sin embargo, el título de «primer piloto del mundo» corresponde al alemán Otto Lilienthal. Entre 1890 y 1896 Lilienthal realizó más de dos mil vuelos utilizando aparatos construidos por él mismo con cañas de bambú recubiertas de tela. Se trataba en general de monoplanos de cola fija, con los que se lanzaba desde una colina de arena que había mandado levantar expresamente en las afueras de Berlín. Lilienthal sostenía que antes, e independientemente de la aplicación del motor, era indispensable un largo y cuidadoso entrenamiento de vuelo. Sólo la experiencia podía formar al piloto, y para volar no se podía prescindir de él. Las fotografías tomadas por sus colaboradores durante sus vuelos constituyen un testimonio interesante en alto grado de la pericia alcanzada por el metódico Lilienthal, quien no se contentaba con planear, sino que daba vueltas, viraba y aprovechaba las corrientes de aire para ascender y descender. Lilienthal murió en 1896, precisamente en un accidente aéreo, cuando se disponía a aplicar el motor a sus aparatos.
Alphonse Pénaud, una de las más brillantes y trágicas figuras entre los precursores del vuelo. Su avión anfibio, sin cola, proyectado en el año 1876.

Lo curioso es que entre Lilienthal y los hermanos Wright figure un anciano personaje, Octave Chanute, ingeniero civil americano, que constituyó casi un puente entre los tres, confidente de todos y consejero apreciadísimo.
Pero si Chanute fue el «peldaño» teórico, en el plano práctico entre Lilienthal y los Wright se encuentran las proezas del escocés Percy Pilcher. Éste había construido en 1865 un aparato que bautizó Bat. Pero antes de probarlo quiso conocer a Lilienthal y fue expresamente a Alemania. El alemán se mostró pródigo en consejos y sugirió en la práctica algunas modificaciones al aparato de Percy, especialmente en lo concerniente al timón de la cola.

Octave Chanute, ingeniero de Chicago, a cuya pasión por el vuelo y a cuyos estudios debieron mucho los hermanos Wright. A la derecha, aeroplano de Chanute.

Poco después de su vuelta a Inglaterra, Percy se enteró de la muerte de Lilienthal; se afectó hondamente, pero no por eso abandonó sus experimentos.
Construyó otros aparatos (el Escarabajo, el Gavilán, el Halcón), aplicándoles también unas ruedas para el aterrizaje. El Halcón le salió particularmente bien y decidió aplicarle un motor que accionara una hélice propulsiva. Pero no encontrando en el comercio motores suficientemente ligeros y potentes, se decidió a construido él mismo. Trabajó en él durante todo el 1898. Pero el destino había decidido que tampoco Pilcher usara el motor. En 1899, volando con su ya célebre Halcón, cayó desde una altura de 10 metros y se mató.

martes, 21 de enero de 2014

Origenes.

Igual que todas aquellas cosas creadas por el hombre y que a veces el mismo hombre no puede entender,la creacion de aviones y el uso de los mismos provocaron en la humanidad una gran polemica.
Esto podia ser causa de que a fines de XIX se daban los recods de la maxima velocidad que alcanzaria un automovil o el primer viaje en globo.
Pero nuestro objetivo es adentrarnos un poco en el origen de uno de los logros más importantes para la humanidad, incluso, para algunos es el mayor logro de la humanidad ya que el transporte es la principal herramienta de progreso de las sociedades a nivel económico y humano, lo que ha puesto al avión en el podio de los medios de transporte más poderosos y efectivos creados hasta ahora.

Los primeros aviones.

http://www.ef-uk.net/models/aircraft-electric/images/airco_dh2/airco-dh2-01.jpg
http://elmundoalinstante.com/contenido/wp-content/uploads/2009/04/primeravion.jpgLa polémica por el origen del avión, como en muchos otros casos, en parte puede ser resuelta por el infinito Leonardo Da Vinci que como siempre, también nos da una mano. El primer diseño de avión del que se tenga registro data de un dibujo de Leonardo en el siglo XV, aunque no existen registros de que este prototipo haya levantado vuelo.De ahí en más, el primer vuelo exitoso de un objeto, que no era un avión, fue el de Francois de Rozier que junto al marqués de Arlandes volaron con un globo de papel construido por los hermanos Montgolfier en 1783.Casi cien años después, luego de miles de globos construídos pero ningún avión, se conocen registros del vuelo de un planeador sin motor en 1883 comandado por John Joseph Montgomery. En esa misma época, otros intentos similares fueron realizados por Otto Lilienthal, Percy Pilcher y Octave ChanutePero los planeadores no eran considerados aviones propulsados ni vehículos más pesados que el aire ya que justamente se elevaban a causa de la diferencia de temperatura de las distintas capas de aire.
Mientras tanto, Sir George Cayley sentaba las bases modernas de la aerodinámica, algo imprescindible para entender y diseñar desde el concepto, un avión capaz de remontar vuelo y sostenerlo. Se conocen varios prototipos de ala fija diseñados por Cayley desde 1803, incluso un planeador con capacidad para transportar pasajeros en 1853, pero seguía sin ser una avión.Desde este punto de partida, a fines del siglo XIX, se producen dos hitos que son considerados como el inicio de la aviación moderna.El primer avión con todas las letras fue diseñado y creado por el francés Clément Ader, a quien también se le atribuyen grandes avances en las telecomunicaciones y la instalación de la primera línea telefónica en Europa en 1880.El Éole de Clément Ader es reconocido oficialmente el 9 de octubre de 1890 como el primer avión autopropulsado de la historia en funcionar, luego de aterrizar de un recorrido de 50 metros con despegue incluído. Esta fecha es reconocida oficialmente como el nacimiento de la aviación en Europa. Dos años después, Ader repite la hazaña con el Avión II volando 200 metros.

Mientras tanto en Estados Unidos, los hermanos Wright realizan un despegue tripulado el 17 de diciembre de 1903 que duró 12 segundos con un recorrido de casi 37 metros.Sin embargo, en Europa el brasileño Alberto Santos Dumont fue el primer hombre en realizar un circuito preestablecido bajo la supervisión de especialistas, periodistas y testigos el 23 de octubre de 1906 logrando trasladarse 60 metros a una altura de 3 metros del suelo en el 14-Bis, en las afueras de Paris.Este logro lo convirtió en la primera persona en realizar un vuelo en un avión autopropulsado. Todos se preguntarán ¿por qué si los hermanos Wright lo hicieron 3 años antes? En realidad, el prototipo Kitty Hawk de los Wright no podía despegar por sus propios medios y debió ser impulsado por una catapulta hasta fines de 1908, por lo que fue desacreditado su logro ya que el avión no era “totalmente controlado”, sino que dependía de objetos externos aún.Esto no le quita mérito a los Wright ya que sin su apoyo e incansable experimentación, el avión moderno podría haber tardado muchos años más en desarrollarse.Lamentablemente, uno de los mayores impulsores del vertiginoso crecimiento del avión moderno fueron las guerras.

domingo, 19 de enero de 2014

Historia de la aviación.

La historia de la aviación se remonta al día en el que el hombre prehistórico se paró a observar el vuelo de las aves y de otros animales voladores. El deseo de volar está presente en la humanidad desde hace siglos, y a lo largo de la historia del ser humano hay constancia de intentos de volar que han acabado mal. Algunos intentaron volar imitando a los pájaros, usando un par de alas elaboradas con un esqueleto de madera y plumas, que colocaban en los brazos y las balanceaban sin llegar a lograr el resultado esperado.
Muchas personas decían que volar era algo imposible para las capacidades de un ser humano. Pero aun así, el deseo existía, y varias civilizaciones contaban historias de personas dotadas de poderes divinos, que podían volar. El ejemplo más conocido es la leyenda de Ícaro y Dédalo, que encontrándose prisioneros en la isla de Minos, se construyeron unas alas con plumas y cera para poder escapar. Ícaro se aproximó demasiado al Sol y la cera de las alas comenzó a derretirse, haciendo que se precipitara en el mar y muriera.Esta leyenda era un aviso sobre los intentos de alcanzar el cielo, semejante a la historia de la Torre de Babel en la Biblia, y ejemplifica el deseo milenario del hombre de volar.
La historia moderna de la aviación es compleja. Durante siglos se dieron tímidos intentos por alzar el vuelo, fracasando la mayor parte de ellos, pero ya desde el siglo XVIII el ser humano comenzó a experimentar con globos aerostáticos que lograban elevarse en el aire, pero tenían el inconveniente de no poder ser controlados. Ese problema se superó ya en el siglo XIX con la construcción de los primeros dirigibles, que sí permitían su control. A principios de ese mismo siglo, muchos investigaron el vuelo con planeadores, máquinas capaces de sustentar el vuelo controlado durante algún tiempo, y también se comenzaron a construir los primeros aeroplanos equipados con motor, pero que, incluso siendo impulsados por ayudas externas, apenas lograban despegar y recorrer unos metros. No fue hasta principios del siglo XX cuando se produjeron los primeros vuelos con éxito. El 17 de diciembre de 1903 loshermanos Wright se convirtieron en los primeros en realizar un vuelo en un avión controlado, no obstante algunos afirman que ese honor le corresponde a Alberto Santos Dumont, que realizó su vuelo el 13 de septiembre de 1906.
A partir de entonces, las mejoras se fueron sucediendo, y cada vez se lograban mejoras sustanciales que ayudaron a desarrollar la aviación hasta tal y como la conocemos en la actualidad. Los diseñadores de aviones se siguen esforzando en mejorar continuamente las capacidades y características de estos, tales como su autonomía, velocidad, capacidad de carga, facilidad de maniobra o la seguridad, entre otros detalles. Las aeronaves han pasado a ser construidas de materiales cada vez menos densos y más resistentes. Anteriormente se hacían de madera, en la actualidad la gran mayoría de aeronaves emplea aluminio y materiales compuestos como principales materias primas en su producción. Recientemente, los ordenadores han contribuido mucho en el desarrollo de nuevas aeronaves. Se sabe que alrededor del año 400 a. C., Arquitas de Tarento, un estudioso de la Antigua Grecia, construyó un artefacto de madera que él mismo bautizó con el nombre de "Peristera" (en griego: Περιστέρα, "Paloma"), que tenía forma de ave y era capaz de volar a unos 180 metros de altura. Utilizaba un chorro de aire para alzar el vuelo, pero no se tiene constancia de qué era lo que producía ese chorro. El objeto volador se amarraba mediante unas cuerdas que permitían realizar un vuelo controlado hasta que el chorro de aire terminaba. Este artefacto de madera probablemente fue la primera máquina voladora capaz de moverse por medios propios.
La linterna de Kong Ming, precursora del globo aerostático, era conocida en China desde la antigüedad. Su invención se atribuye al general Zhuge Liang, y fueron usadas para asustar a las tropas enemigas. Sobre el año 300 a. C. los chinos inventaron la cometa, que se considera un tipo de planeador, y desarrollaron técnicas para hacerla volar en el aire. Siglos después, en el año 559 hay documentados vuelos de seres humanos usando cometas. El emperador Gao Yang experimentó con prisioneros, entre los que se encontraba Yuan Huangtou, hijo del anterior emperador,Yuan Lang. Les ordenó lanzarse desde lo alto de una torre, y Yuan Huangtou planeó hasta sobrepasar las barreras de la ciudad, aunque poco después moriría ejecutado.
En el año 852, el andalusí Abbás Ibn Firnás, se lanzó desde el minarete de la Mezquita de Córdoba con una enorme lona para amortiguar la caída, sufriendo heridas leves, pero pasando a la historia como el precursor de los modernos paracaídas.En el 875, contando con 65 años de edad, Ibn Firnás se hizo confeccionar unas alas de madera recubiertas de tela de seda que había adornado con plumas de rapaces. Con ellas se lanzó desde lo alto de una colina, y logró permanecer en el aire durante un breve espacio de tiempo, aunque hay relatos que afirman que voló durante más de diez minutos. El aterrizaje resultó muy violento y Abbás Ibn Firnás se fracturó las dos piernas, pero consideró que la experiencia había sido un éxito, al igual que la gran multitud de personas que lo observaron.
Aqui os dejo un pequeño documental que cuenta la historia del primer avion ,de forma mas amena.